domingo, 2 de septiembre de 2012

sweet home alabama

AL MAR

Dicen que cada nueva mañana nos trae mil rosas; si, pero
¿Dónde están los pétalos de la rosa de ayer?



Mis amigas y yo hemos llegado a la conclusión de que los chicos pueden resultar estúpidos la mayoría de las veces.
No se enteran de que nos gusta que nos hagan reír, y no llorar. Que no somos tan romanticonas como piensan, que también sabemos ir de flor en flor. Y que no nos pillamos del primer tío que pasa. Que nos puede gustar el fútbol y las peleas, al igual que a ellos, o no.  Que para gustos hay colores. No nos gusta que nos insistan, o sí, pero con un poco ingenio. (tgdt) Y que por ser míticos, no nos tienen porque gustar a todas todos los míticos o épicos. (Otra vez, para gustos hay los colores.) No hace falta que nos vengan con regalitos, o esas miradas que ellos toman por irresistibles. Que somos más sencillas de lo que creen, aunque nos gusta hacernos las difíciles y duras. Eso sí, no caemos dos veces en la misma piedra, aunque a veces haga falta la tercera para darnos cuenta. Siempre creemos que somos más listas que ellos, por eso tienen que seguir haciendo el imbécil, para que nuestra autoestima siga en su sitio. 
Sin embargo somos tan coherentes con lo que decimos y pensamos, que hemos decidido hacer un casting para encontrar chico. (ja ja ja) PATÉTICO. 

Es extraño: ¿por qué, conforme crecemos, a los hombres nos avergüenza más y más mostrar nuestros sentimientos? Porque somos idiotas, supongo.

LAS LÁGRIMAS DE SHIVA Reconocimiento propio de un hombre.

La chica de ayer.
4 de agosto


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