jueves, 2 de febrero de 2012

La hora de las Brujas

Si no hay cicatrices no se vive, si no se le hecha sal y no existen no se sienten.

Llega Febrero, y llega con nuevas expectativas. Hoy ha sido un día de lo más extraño. Empezando por el número, dos del dos del dos mil doce. Todo lleno de "doses" y de "des". Como "de dedo". Es lo que siempre digo cuando tengo que dar el número de mi timbre. "5D.. de dedo". Suele hacerme gracia, no preguntes porque. Segundo, cómo ha nevado hoy! Se me ha olvidado sacar el paraguas, y ya puedes imaginar como he acabado. Lo primero que he hecho al salir de casa es intentar ocultar la sonrisa. Me esperaba lluvia, frío y depresión. Pero me he encontrado con una maravilla. Me he cruzado con la misma gente de siempre, he saludado, como siempre. Adormecida pero alegre, feliz de lo que tengo y feliz por haberme dado cuenta de quien y que mereció la pena. No me he cansado de observar, la ciudad estaba más bonita que nunca. 
Después las charlas con gente cercana y amigos, que son como de la familia. Las clases, las dejo en (...) 
Me gusta ausentarme de vez en cuando. Aunque bueno siempre me verás pegada a la silla. 
Y ahora en dos minutos me voy a la cama. No parece haber sido un día especial, pero yo como busco sensaciones, siempre las acabo encontrando. Como nos dijo un profesor, quien busca algo siempre lo obtendrá, porque habrá alguien que se esforzará en ofrecértelo. Como con las drogas. Aunque no tenga nada que ver. 





Ponte el moño apretao sirena, que se joda el viento. 
Déjame que te remache sonrisas de hierro. 
Y báñate en mis ojos que se joda el mar. 

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